En la actualidad encontramos que los proyectos son cada vez más globales, exigentes y complejos. Esta dinámica exige líderes y equipos de trabajo comprometidos, con una apropiada percepción, discernimiento y juicio, para dirigir eficazmente proyectos en entornos cambiantes y en evolución. Por lo anterior, desarrollar las competencias personales se convierte en un requisito indispensable en un líder de proyecto.